Recibir a los niños con una sonrisa sincera es mi mayor recompensa por este servicio que realizo con mucho amor.

Nací en Tepoztlán, Morelos. Desde 2017 he realizado el trabajo administrativo en el colegio El Sabino, cuidando de la seguridad y del buen funcionamiento. Además de llevar la administración, disfruto de la convivencia con los niños, de mirarlos y de acompañarlos; suelo impartir clases de tejido y de bordado, actividad que refuerza las habilidades motrices finas de los niños. 

En mis inicios en la escuela, comencé un proceso de desarrollo personal con un programa para docentes creado por Claudio Naranjo. Aprendí, entre otros temas, del Eneagrama, y descubrí que me apasiona, pues llena una parte de mi que me permite profundizar en mi Ser, servir, ayudar y conocer a las personas que están alrededor. Este proceso ha sido fundamental para poder acompañar a la niñez y ser partícipe de su crecimiento, no solo académico, sino también físico y emocional.

Ade, así me llaman en la escuela.  Soy una persona a la que le gusta aprender, enfrentarse a nuevos retos y cultivar mi camino de crecimiento como persona, hija y pareja. Mi vida está vinculada a las tradiciones y costumbres de mi pueblo; esto me ha permitido conocer su historia y ver la diversidad que hay en cada una de las celebraciones de Tepoztlán.