La práctica marcial cultiva valentía y poder personal como la capacidad de tomar acción cuando lo requieres. Las batallas a librar son internas; en los pensamientos y emociones, y el cuerpo la puerta para conocer el Kung Fu, la excelencia.
Tuve la fortuna de haber nacido en Tepoztlán Mor. Donde desde el Kinder recibí mis primeras clases de Wushu Kung Fu a mano del Prof. Loth. Continué mi entrenamiento con él hasta mi adolescencia y posteriormente me adentré en la práctica del Ving Tzun Kung Fu, cómo método de defensa personal, a mano del Prof. Martín Arzate, Dai Si Hing Pablo Nuñez y Mateo Schneider, linea ininterrumpida desde el Dai Sifu Yip Man. Actualmente continuo mi entrenamiento al cual he añadido la práctica de “artes internas” como el Qi Gong y y el Tai Ji, para un desarrollo más integral.
A la edad de 20 años inicié a dar clases a adolescentes y adultos de manera particular y posteriormente en colegio privado, a nivel primaria y secundaria.
Enseñar es una forma de seguir aprendiendo y ha sido una de mis vocaciones desde el inicio de mi vida laboral. Es un gusto para mi el poder contribuir espacios que fomentan la práctica marcial como una forma de crear sociedades más pacificas.